martes, 30 de septiembre de 2014

El albacea, la zorra y sucesiones

El albacea, la zorra y sucesiones
Por Carlos Juma
Publicado en CanariasAhora/El Diario.es
Publicado en LA PROVINCIA/DLP
 15 de abril de 2014
AL MAFIOSO ABOGADO CON SOMBRERO



La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja.

He podido apreciar recientemente un interés inédito acerca de  los impuestos a pagar por los herederos del causante, sus gravísimas desigualdades en el territorio español que, acorde con la voracidad fiscal de cada comunidad autonómica, desangran a los sujetos pasivos de tal manera que la proporción de renuncias a la herencia se ha disparado de manera exponencial.

No es de recibo  porque, entre otros, lesiona gravemente el principio de igualdad consagrado en nuestra Constitución. Tan españoles son los de una comunidad como los de otras y es una bofetada sin mano que cada cual decida como aplicar este tributo cedido. No es lo mismo, a efectos de pago de impuestos de sucesiones, morir en Madrid que en Las Islas Canarias. De Madrid al Cielo, ¿y desde Las Islas Canarias?

Por si fuera poco lo que pagas en impuestos para adquirir y mantener los bienes, mobiliarios e inmobiliarios, la decisión de la cuantía a pagar por los herederos para hacer suyo lo que les pertenece, - diz que son bienes lucrativos, gratis total-,  queda a expensas del clan político de turno, a los que inevitablemente se les mueren sus seres queridos también, por si les falla la memoria.

Puede que se afirme con toda la socarronería que los políticos  modifican las reducciones del impuesto de sucesiones según se aproxime el final de la vida de sus progenitores. No deja de ser una maldad por mi parte, pero seguro que no me alejo de la verdad. ¿Ejemplos? Usted mismo puede responder.

La propuesta de reforma fiscal de los “sabios” iguala este impuesto de sucesiones en toda España, y como es natural, ya hay diecisiete lobos aullando por sus derechos cedidos. Y el españolito a tomar vientos.

Las mordidas de los ayuntamientos por la plusvalía de los inmuebles, y los de la Hacienda con sus tributos cedidos son de escándalo. Así que, más que heredar un bien trabajado, sudado, por una o varias generaciones anteriores, lo que te traen a casa es el muerto y las facturas a pagar.

La reflexión acerca de la certeza de la muerte nos debe llevar a considerar que, - tal y como me enseñaron mis ancestros árabes-, “cuando mueras te llevas los que eres  no lo que tienes”, y en concordancia con esta aseveración hay que arbitrar las fórmulas precisas para la posesión, uso y disfrute de lo heredado por tus descendientes. Y manos a la obra antes de que los iluminados sigan decidiendo por su cuenta, nunca mejor dicho lo de la cuenta.

Y si, si es muy grave renunciar a lo heredado por las dentelladas de los gestores de la llamada cosa pública. En estos temas de herencias me viene a la memoria aquel saludo entre amigos:
-Hola, ¿qué tal estás, ya partieron?       
Si los llamados a heredar han recibido una educación e instrucción, ajustadas a patrones éticos y morales, no habrá discrepancia que no se resuelva. Lo contrario es muy mal asunto, de ahí el sesgo oculto de la pregunta interesada por la familia.

Cuando se prevé que puedan existir discrepancias entre herederos surge la figura del albacea que, si además es comisario, contador y partidor, hace cierto que “ el que parte y reparte se lleva la mejor parte”.
Y si además es abogado en ejercicio, será un heredero más. Mal abogado y mala persona es el que se postula ante el/la testador/a como Albacea, Comisario, Contador y Partidor, removiendo aguas claras con el fango de su miserable conducta, aprovechándose de la ignorancia de octogenarios. De ahí lo de ríos revueltos y ganancias de pescadores. Dicho queda, y además desde mi experiencia personal.

Bien distinta es la  figura del buen albacea al que la ley considera como “diligente padre de familia”.

Parece que lo habitual es que haya líos entre herederos pero es infrecuente que la litis se entable entre herederos y albacea, comisario, contador y partidor.

Y ya que tomas conciencia de la certeza de la muerte, conviene a modo de reflexión, que consideres que la única maleta que te llevas eres tú mismo. La preparación de los llamados a suceder debe estar a la altura de las enseñanzas éticas y si se prevé una lucha fratricida, más que un comisario, contador y partidor, lo que te recomiendo es que te vayas a llorar en una esquina el trayecto de tu propio fracaso vital a menos que seas la víctima de un atracador legal. ¿Albaceas? El mejor es el que no designas.

Lo ajeno llora por su dueño, la  zorra por su presa.



domingo, 21 de septiembre de 2014

LA JUSTICIA Y EL SOMBRERO: UNA REFLEXIÓN ACERCA DEL CORPORATIVISMO

Publicado en
LA PROVINCIA (15 DE NOVIEMBRE DE 2013)
LA JUSTICIA Y EL SOMBRERO

Publicado el  06 de marzo de 2012
EN CANARIASAHORA.ES






Por Carlos Juma

Los actos contrarios a la moral, a la ética, a la deontología y a las normas imperativas de la Ley, profanando su sagrado carácter, rebasando el simple descuido, no pueden ni deben quedar impunes por el llamado corporativismo. No importa quién sea el actor y quién el damnificado.

La moral  concierne al fuero interno o al respeto humano; es lo relativo a las acciones de las personas o sus caracteres desde el punto de vista de la  bondad o de la malicia (RAE).  La ética es el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana y  no está sujeta al ordenamiento jurídico. La deontología es la ciencia o tratado de los deberes que está custodiado por los Colegios profesionales.
Hay asuntos ética y deontologicamente reprobables por más que a ellos no llegue la legalidad vigente. Pero no es esto lo que acontece en nuestra sociedad porque cualquier acción contra un colegiado que deba ser estudiado con rigor al amparo de las normas deontológicas, concluye  casi siempre en el archivo libre y sobreseimiento de las actuaciones.
Los colegiados sin escrúpulos caminan por el filo de la navaja. Se amparan en los favores debidos, en los antecedentes de raigambre familiar o sencillamente en el  miedo que despiertan por su notoria conducta majadera y torticera.

El silencio de la sociedad unas veces, la sordera de los llamados a la observancia del bien público, e incluso más, los que debiendo impartir justicia se colocan en la línea quebrada de la interpretación sesgada de la conveniencia, hacen posible que los sujetos de conducta delictuosa, etiquetados moral y éticamente como faltos de integridad, consigan aplausos para sus golferías. En las esquinas quedan la moral, la ética y la deontología lamiéndose las heridas.
No me gusta la palabra mafia pero su existencia es innegable, el pago de favores, la contraprestación de dictámenes, el arreglo fuera de los cauces de la justicia, es exactamente lo mismo que tener un cadáver ensangrentado en el suelo , el asesino con el cuchillo en las manos, y al amparo del corporativismo, concluir que el delincuente no puede ser condenado por un defecto de forma en la denuncia o porque el delito prescribió. Pero el delito existió, exclamó aquél. ¡Cosas veredes Mio Cid!
 Señor Juan Carlos I, Rey: La Justicia no es igual para todos ni todos somos iguales ante la Ley.
La relevancia social del imputado, sea quién sea, si lo está por actos ligados al ejercicio de su profesión, indigno de ejercerla, llama al corporativismo de manera inmediata y este le responde tapándose la nariz y llenando los estercoleros de la sociedad de conductas de nula catadura moral en su sentido más estricto. Ya sabemos de los maestros de las frases publicitadas: “dejemos correr el tiempo, ya se olvidaran del asunto”.

Callar es tan grave como delinquir, la complicidad lleva a la injusticia.

Otros profesionales, especialmente de la medicina, con abundantes nexos de causalidad en sus conductas presuntamente  negligentes gozan de la impunidad de sus actos con resultados de agravamientos de enfermedades y de muerte.
Y esto no puede ser estudiado por un grupo de gaviotas, ni es admisible que el colegiado que comete actos  delictuosos quede expedientado por otras tantas gaviotas, es decir, todo queda  en un simple graznido. Y de la Ley y su capacidad de penalizar, ¿qué hay?

En esto sabemos de la pobre valía de los Colegios Profesionales, dicho de otra manera, de su Corporativismo. “Hoy por ti, mañana por mí”. “Perro no come carne de perro”.
 Por cierto, ¿veremos un colegio profesional de políticos? ¿No han hecho de la política su profesión?

Derecho y Medicina son licenciaturas que por su especial relevancia social han  quedado enmarcadas en la obligatoriedad de la colegiación para su ejercicio profesional. Y debemos suponer que estos colegios están para garantizar la actuación de los colegiados acorde con las normas deontológicas. Es sólo una suposición, desde luego.
Todos somos hijos del error, pero de ahí a la soberbia, al desprecio, a la negativa a escuchar y a la conducta maliciosa, negligente, dolosa y  fraudulenta, al desprecio de la pobreza mental, al enriquecimiento ilícito y al corporativismo que lo ampara, dista un abismo.
Los ladrones se cubren la cara para cometer sus inicuos actos. Y hay quienes con la cara descubierta se tapan la cabeza con un sombrero para evitar el hedor de sus repugnantes actos profesionales. Tienen adquiridas las ventajas del  escapismo y son auténticos camaleones. Ciertamente la verdad dura un instante más y la paciencia todo lo alcanza.
No está en mi ánimo ni es mi profesión,  impartir justicia ni sobrevolar el bien y el mal, pero ello no obsta para buscar y amar la Justicia, defender a los pobres mentales, a los dolientes,  a las víctimas del corporativismo de abogados y de médicos,- por señalar las profesiones colegiadas socialmente más relevantes-,  para levantar la voz y la pluma, y poner al descubierto la parte de verdad que conozco. Las máscaras tienen su tiempo en carnavales pero no todo el tiempo es carnaval.
Mientras haya medios de comunicación social y un periodismo valiente y de raza podremos tener la garantía de una sociedad sin mascarillas ni sombreros. Y la Justicia, - que está llamada a la independencia-,  no debe olvidar el deber de tutela efectiva de los ciudadanos sobre todo de los  más desvalidos, menores e incapacitados entre ellos.

albacea?

06 de marzo de 2012

jueves, 11 de septiembre de 2014

LA HUMANIDAD: DEDICADO AL PROFESOR PALACIOS CARVAJAL O EL CIRUJANO DE LOS ZUECOS ROJOS



Por Carlos Juma (*)


PROF. DR. JOSÉ PALACIOS CARVAJAL
Recuerdo con enorme lucidez cómo se tapó la cara una vez examinadas las radiografías de mis huesos y me preguntó, ¿como has podido aguantar tanto tiempo?
Su mirada era de una enorme humanidad, me sabía comprendido y acudía a quién tiene el privilegio de unas manos e inteligencia quirúrgicas absolutamente fuera de lo común.
Dice nuestro Juramento Hipocrático “si mantengo intacta la fe en este juramento séame concedida vida feliz y afortunada en el ejercicio del arte, siendo mi fama alabada en todos los tiempos; pero si faltare o hubiere jurado en falso, que ocurra lo contrario”.
Estamos en épocas que parecen sintonizar grandes valores en frecuencias distintas cuando realmente lo válido es el paradigma de la amistad, del desinterés y sobre todo de la Humanidad; es aquí dónde se muestra la virtud princeps del ser humano y más en concreto del médico ejerciente sin que sea exclusivo ni excluyente.
Dolientes personas que acuden a buscar una mirada de alivio, de consuelo, el abrazo fraterno de quien los abre y sobre todo del que hace de las quejas su  incansable escucha.
La generalización de los defectos de los médicos no es justa y carece de soporte en cuanto a la humanidad debida en el trato con el paciente; no siempre se tiene la fortuna de encontrar en tu camino a personas que con sólo mirarte a los ojos parece que acabarán con todos tus males. Son mayoría abrumadora los que lejos de endurecerse por la reiteración del dolor se vuelven cada día más sensibles al sufrimiento.
Yo soy un afortunado porque como ser humano sufriente tuve ante mis ojos el espectáculo de  una mirada limpia que sin un solo pero ni un porqué  hizo posible el milagro de poder andar y liberarme de dolores que sólo los conocen quienes los padecen y los comprende quién no necesita una larga explicación.
Mi querido Profesor Palacios Carvajal es imposible olvidar la cercanía, aquella corbata verde que me visitaba en la UVI y comentar que  mis huesos “no sirven ni para caldo”.
Sensible a las muestras de afecto, el beso que le estampé en el cogote cuando pasaba visita supe meses después que lo recibió con una “furtiva lágrima”.

Han pasado unos cuantos años, una docena, y quiero públicamente demostrar que la gratitud es un sentimiento que no se acaba con el devenir del tiempo; quizás no somos agradecidos todos los días pero los días en que se proclama son de una intensidad infinita.
Gracias por ayudarme a caminar, mi querido profesor, maestro de lo humano y de lo divino.
Queden estas palabras dichas al amparo de la vida mientras gozamos del privilegio de ser útiles a los demás.

La gratitud, mi querido Jefe,  no se diluye con el tiempo, antes al contrario, aumenta en progresión vertiginosa a medida que alcanzamos la edad en que el eco de la vida nos devuelve cuanto de bueno hacemos: el ciento por uno, setenta veces siete.

No debe desvanecerse en estos tiempos ni la gratitud ni la humanidad. Sean eternas en la relación humana y más en concreto en la de médico y paciente.
Una sonrisa, un abrazo, un beso, una mirada, consuelo y alivio. Gracias, Jefe.
Hay que retomar la senda de la vieja escuela, el camino de la HUMANIDAD.



Dedicado al Profesor José Palacios Carvajal

lunes, 1 de septiembre de 2014

Carta a una amiga israelí (PUBLICADA EL 4-10-2011, SIN RESPUESTA)


Por Carlos Juma

Los habitantes del Sur de Israel están aterrorizados. Tengo noticias directas de quién viven esta situación, angustiados,  y haciéndose preguntas acerca de la creación de un Estado para Palestina. Me expresa sus miedos y recelos.
Le contesto a su carta, públicamente, absolutamente consternado y conmovido por tanto dolor. En los siguientes términos:

Siento enormemente su situación personal y familiar; y también comprendo  sus preguntas. No le voy a pedir que entienda mi sufrimiento por los míos ni el estado de terror de mis niños en Gaza y Cisjordania. Le responderé desde el más sagrado respeto a su persona, la mención que hace de Sir Winston Churchill: 
".Nunca rendirse. “Nunca, -en nada, grande o pequeño, importante o insignificante nunca, nunca, nunca. O esta otra de  Kierkegaard:  "Quien no es apasionado, jamás verá la Tierra Prometida, sino que se perderá en el desierto".

Al contrario, creo que siempre hay algo a lo que rendirse y que nos haría más grande que nuestros enemigos: la Paz. Y de pasiones no será la de nadie superior a la de otro en una Tierra Santa cuyos hijos, descendientes de un padre común, Abraham,  tiene raíces milenarias hundidas en su suelo.
Sólo habrá PAZ si la gente que la anhelamos gritamos nuestra ansiedad más que los misiles.
Me repugna la actitud de los estúpidos que piensan que vamos a conquistar un centímetro cuadrado ensangrentando la tierra: siempre he denunciado el terrorismo y cualquiera de sus expresiones y desde luego no desearía por nada del mundo que  un hipotético Estado de Palestina fuera la sede del terrorismo puro y duro.
Hay que considerar el derecho de los palestinos a la construcción de un estado libre e independiente así como el derecho de los israelíes a vivir seguros en su propio Estado. Los hechos son los que son, justos, injustos o alegales, la realidad se impone y esta situación debe concluir pero para ello hay que gritar, no guardar silencio e impedir que su pueblo y el palestino se dejen guiar por la sed de venganza, por la ley del Talión, por el "Tú Más". Ni en nombre de Jehová, ni de Yahvé ni de Allah ni de Jesús ni de Moisés ni de Abraham ni de Ismael ni de Jacob se puede imponer a nadie ningún derecho político. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
La historia no me interesa para revivirla y asignar quién tiene la razón pues si partimos de acontecimientos vividos aquí cada cual tiene la suya y no puede ser que con la edad que tengo, sesenta y cuatro años, que aún estemos en el empeño de ceñirnos al dolor y al sufrimiento. Eso ha generado un silencio obligado de miles de personas y una paz sepulcral. No me interesa volver a este asunto ni a convertirme en prisionero de mis enemigos  recordando día a día el odio con que hemos sido tratados, unos y otros, unos por los nazis y otros por los sionistas, unos a manos nuestras y otros a manos vuestras.
No me interesa el victimismo de nadie; anhelo una actitud valiente, un proyecto centrado en el día de hoy y el diseño de un futuro inmediato, y a ser posible  lejano, para nuestros pueblos. Hay que construir, eliminar las injusticias, dejar a un lado la pesada carga de una mochila llena de cadáveres. 
Yo no enseño a mis hijos el sufrimiento que he pasado, ni a caminar con un ojo la espalda;  les enseño a vivir en la tolerancia, en la actitud inteligente de la propuesta, de aprender a escuchar y saber guardar silencio. A nadie le interesa generar más odio y las consecuencias son las que sabemos. Sólo les interesa a los señores de la guerra, y de ellos hay mucho de que hablar en cada pueblo.
Los gestos de acercamiento deben ser reales, y aunque no podamos convivir si que podemos coexistir. No me gusta saber que está usted bajo el acoso de los misiles ni tampoco que los niños vivan con crisis de pánico y un trastorno por angustia permanente. Los míos tampoco son ajenos. Esas generaciones de niños y jóvenes son nuestra esperanza, ¿que futuro les vamos a dejar planteado desde el odio y la respuesta de sangre por sangre? Y lo digo para los niños israelíes y palestinos. Ellos son los que tienen capacidad de asombro y se preguntan que es lo que estamos haciendo. Ya nada nos sorprende a los que consideramos que tenemos edad madura y eso no es bueno. Quiero seguir asombrándome como cualquier niño y preguntar y preguntar mil veces por qué, cual es la razón del odio, del miedo insuperable, del recuerdo de gestas históricas en nombre de la Cruz, de la Estrella o de la Media Luna que han teñido de rojo y de negro la Tierra Santa. No hay cerebros con raciocinio, sólo vísceras.

Para ello es absolutamente necesario que el diálogo se establezca  desde la mejor voluntad y que los Organismos Internacionales, en este caso la inútil ONU, se interponga entre dos pueblos que han coexistido siempre con sus cascos azules como medida preventiva.  Hay que dar una oportunidad a la Paz. Los números de muertos y el sufrimiento son siempre asimétricos y la sangre derramada no debe ser reclamo de PAZ.

Sólo habrá Paz si se desea desde el corazón, limpia y puramente. A mi me dejó de interesar el relato del sufrimiento de mis hermanos como también las mil y una historias del sufrimiento de su pueblo. Es una aproximación a intentar ya no sólo una explicación sino yendo más allá una  justificación de lo injustificable. Me conduelo severamente  pero escarbar en un gran sufrimiento es crear otro. Basta ya de historias.
Reitero que la realidad es la que es y no nos exime de pedir Justicia, para ambos pueblos. Hay que dejarse de padrinos y actuar por voluntad propia y decidida. De los padrinos ya sabemos las consecuencias, y son éstas.
En cada uno de nosotros hay que apagar la llama del odio, hay que exigir a quienes utilizan la amenaza y la muerte el abandono de esa ira y encausarla hacia un objetivo común: la Paz.
Hay gente de buen corazón en ambos pueblos. Lo importante, me dijo un día el periodista Carlos Sosa, es no callar. El silencio nos hace cómplices, y eso lo digo yo.
No hay que esperar a que los poderosos nos concedan un estado para los palestinos; a mí, personalmente, de da exactamente igual que vivamos en una tierra con el nombre que les venga en gana, con un trozo de tela con uno ú otro distintivo, que se llama Palestina o Israel. Sólo anhelo que los derechos de todos los habitantes de esa Tierra Santa se respeten, que los posean en su plenitud, que no haya diferencias. Entiendo las desconfianzas pero por encima de las armas siempre está la palabra.
El miedo paraliza, impide alinearte con el futuro. No pasa absolutamente nada por estrechar la mano de nadie pero una mano abierta, de los puños cerrados ya sabemos lo suficiente.
Mi mano, como siempre, sigue tendida a la tuya. La Vida y la Libertad jamás deben ser arrodilladas. Seguro que en esto estamos y estaremos de acuerdo.
En cualquier caso te agradecería me dijeras cual es tu respuesta al “status quo” en que viven israelíes y palestinos. Hay que hablar hasta que nos quedemos  mudos y escribir hasta que los calambres del escribano nos lo impida. Paz basada en la Justicia, y Justicia misericorde para todos.



Médico Neurólogo y  Ex presidente y Cofundador de la Comunidad Palestina en Canarias

PALESTINA