viernes, 27 de julio de 2012

Los euros del café


Es una estrategia conductual muy frecuente culpabilizar a las víctimas. De esta manera, aquellos que hacen de la política su profesión no cejan en el empeño de responsabilizar a los demás, muertos incluidos, de la severidad de sus decisiones arbitrarias o de la estupidez de las mismas.

Las risitas del ministro Montoro han dado pie  a muchos comentarios poniéndolo a caldo; parece ser que la ha  modificado por un rictus cadavérico que es lo que mejor se aproxima a su impertinente conducta.

Los ojos del ministro de Economía siguen a su generosa extremidad cefálica con la mirada divergente, dirigido uno a París y otro a Berlín. Esta bien visto en los círculos europeos como corresponde al que fue delegado de Lehman y Bros,- el punto inicial de la crisis financiera-,  para España y Portugal. Zorros cuidando gallinas.

La ticosa actitud de asomar los ojos por encima de las gafas cortas se interpreta como desafiante, de falsa intelectualidad, pretendiendo mostrar a  la audiencia su poderío. La hemos visto reiteradamente en el exministro de Economía, Sr. Rato. Resonaban entonces los campanazos  acompasados por la amplia sonrisa de satisfacción en el parqué madrileño.

La siseante, silábica expresión, del que fuera Jefe de la Justicia española sintiéndose víctima de la situación que él mismo provocó, se adhiere como sello al papel, en la cara amímica, inexpresiva, susceptible de buenas dosis de levodopa. Marmórea pues la facies para solicitar una indemnización que dice la norma,- no precisamente la Duval-, le corresponde. Algo más de doscientos mil euros de vellón a los que no se descuentan las tropelías de uso y disfrute en los fines de semana andalusíes. Tiene derecho, dice el que le sucede, risa en facies, ¡no hay más hoja que mascar!

Los desempleados que acuden al llamado,- que chiste-, Instituto Nacional de Empleo, se encuentran derechos recortados, mayores trabas para recabar lo que en justicia les corresponde, duración de prestación menoscabada. Su expresión facial es compatible con la angustia, desazón, tristeza.

Los hambrientos y sedientos de nuestra opulenta sociedad aumentan día a día, y sus ojos hundidos en un cráneo harto de rumiar obsesivamente la idea de cómo salvar su situación personal y familiar, se acurrucan en lentas bajadas de sus párpados.

Maestros, cuna del saber y entender, padres de la noble adquisición de conocimientos, repateados en sus derechos, acuden, más allá de su deber, a la tarea de doblar esfuerzos con la rebaja de su salario.

La gente de ciencia e investigación magníficamente preparada para la vida profesional se busca la vida allende de nuestras ¿fronteras?

Tu médico, quién te atiende y comparte tus inimaginables zonas erróneas, quién ha sido tu confidente, tu colaborador en la sanación o quién te alivia y consuela, también se va; hay que recortar gastos, no importa quién sino cuanto. Pero por si fuera de su interés, aquellos que aún perviven, han visto sus ingresos recortados en un veinticinco por ciento. Les puede más el sentido de la responsabilidad que la dignidad de una recompensa salarial justa. Y el Rey se la recorta en un siete por ciento, ¡manda trillos!

Quienes sostienen la estructura administrativa del Estado, los funcionarios, que han dejado sus pestañas en oposiciones, ahora en lo alto del cadalso,  ven vaciarse sus bolsillos y escuchan la manida frase de “estos no dan palo al agua”. Injusta aseveración por generalizada.

Pensionista abuelos que abandonan la jubilación para abrazar nuevamente responsabilidades familiares con hijos, nieto y adláteres, al borde de morir desangrados económicamente, reviviendo épocas de luces de carburo, pendientes de estirar “los euros del café”, malviven con la zozobra de que en cualquier momento se vea recortada o desaparecida aún más su pensión legítimamente ganada a lo largo de una vida laboral en la que se ha dado lo mejor de sus años.

Por estas y muchas más, aquellos, pedúnculos vividores profesionales de la política que se reproducen por gemación y se propagan como hongos, deben ser sometidos a la Justicia, no a esta que primero espera a escuchar lo que dice “el tío de la campana” en el Congreso de los Diputados sino a la que es Universal porque lo que se está cometiendo es un delito de lesa humanidad, así, tal cual.

¿Cómo se va a tipificar a quienes llevan a la miseria y hambre, a la exclusión social, a la desprotección sanitaria, a la carencia de educación, al cierre de puertas de la Universidad, a los protectores de banqueros, a los que cobran dietas inmisericordes, a los que protegen a los golfos y mandantes y les dan sillas de poder? ¿Qué Justicia nos asegura la que está sujeta al popular y gallardo ministro?

La culpa de esta situación no es de quienes la padecen; los que nos han metido en este estado de cosas tienen nombre y apellidos. El  “yo pasaba por allí” de los responsables debe dejar paso a la acción de la Justicia Justa, Rápida y Eficaz, que no permita que  los malos funcionarios metan expedientes en cajones para que caduquen o prescriban en la memoria. El pueblo soberano es quién te pone y te quita y no conviene arrancarle pelos al gorila.

Eructando se alivia un estómago lleno de gases. Se le acaba el flatulento opio a la casta política. España no funciona, amigo mío. “Mala cosa es tener mucha razón dónde hay poca Justicia”





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BLOG DE MARISOL AYALA

domingo, 15 de julio de 2012

ESTADO DE SUPRESIÓN CEREBRAL



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SINAPSIS

Estado de supresión cerebral
(de la voluntad y el poder)
Por Carlos Juma

Rajoy dixit: “Yo hago lo que tengo  que hacer que es lo que hay que hacer y que no se puede hacer otra cosa porque esto es lo que hay, y a mi me gustaría hacer otra cosa pero cuando no puede ser hay que ser valiente para hacer lo que a uno no le gusta, si y yo prometí bajar impuestos pero ya lo haré cuando pueda….”


Ni es bueno ni justo generalizar. Conlleva graves perjuicios. Por ello no hablaremos de los japoneses porque no los conozco a todos.
La situación actual en la que estamos instalados ha llevado a demostrar la certeza de las  palabras de Francisco de Quevedo: “Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir”.
Vaya este brindis por el llamado líder,-reconvertido en jefe de las prietas filas-, del partido en el gobierno de la nación, al que llaman Mariano Rajoy.

No me dirijo a él y si a su conducta manipuladora, engañosa, maliciosa, fraudulenta y dolosa, y zigzagueante. Ha aprendido rápido las reglas del autoritarismo, aconsejado sin duda por el diseñador de masacres sin fin,-el del trío de las Azores-, fundamentado en el principio básico de la convicción.

Un letrado debe poseer una magnífica memoria, y a este presidente se le vino abajo la suya y de mayor gravedad sería que, si presumiera de haberla de la buena,  negara cuanto prometió a los españoles para salvarnos de la enfermedad de los callos de los pies,-el zapaterismo-. Así pues, dado que recuerda, no es olvido sino peor aún, una conducta absolutamente fraudulenta y maliciosa. Por lo tanto, usted Sr. Rajoy es un timador.

Usted, Sr. Rajoy,  ha cometido más disparates en seis meses que cualquier otro presidente español en una legislatura. Tiene el don de haber calentado al pueblo a temperaturas de infierno en muy poco tiempo.

A usted, Sr. Rajoy, no le conviene la profesión de peluquero, no sabe cortar ni igualar la larga y canosa cabellera del pueblo español. Usted ha cortado por donde no se debe y ha esquivado hacerlo por donde conviene. No le va este asunto a los calvos porque básicamente para recortarlo habrá que tenerlo.

La larga lista de personas damnificadas por sus decisiones, amparadas éstas en una mayoría absoluta,”una dictadura” sin más, lleva a la exasperación. Mala cosa es la ira, sobre todo cuando se juega con el hambre. Y este airado pueblo no es distinto de otros que bien conozco y cuya respuesta puede ser dual: o bien eliminan al agresor o se suicidan. Cabe la tercera vía, la del mutismo aquinético, que pronto observaremos en algunos estamentos como soporte de la resignación.
Todos los que detentan el poder, usted Sr. Rajoy entre ellos,  se deshacen de las personas brillantes y con capacidades intelectuales. Se llenan de mediocres, de corifeos que les aplauden sus memeces, asintiendo como marionetas sentados a su espalda en el Parlamento, o que las corroboran con tres palabras de alta sensibilidad dichas por el paradigma de la educación mojigata, una hija de casta política castellonense.

Mire usted Sr. Rajoy por dónde, el único estamento que hace funcionar un estado son los funcionarios, véase la reciente lección en Bélgica, y usted a por ellos. Fina puntería. Aquí cabe el principio de conservación de lo bueno y de deshacerse de lo malo. Puro sentido común, pero ¿y de qué han servido las oposiciones? ¿y de qué oposiciones hablamos acerca de los cargos de confianza, designaciones a dedo y de castas políticas y sindicales? ¿Cómo se le puede despedir a usted como registrador de la propiedad? Comience por donde le duele.

Es evidente que cuando necesitas un paraguas nadie te lo presta y cuando no llueve el banco te regala dos. Y aquí, se le da más al que más tiene. El crédito europeo fluye para los bancos malos. Comprendo a los finlandeses, yo también exigiría más seguridad. Quiebran empresas particulares y se entierran, y aquí quiebra una caja y revivimos al muerto. Algo apesta a podrido, Sr. Rajoy.

Para que vamos a hablar de la exclusión social, de la pobreza, de los inmigrantes, de la denegación, vía administrativa, de auxilio a los “sin papeles”, de maestros y médicos en paro, de aumento de horas de trabajo sin finalidad práctica, del decremento de un veinticinco por ciento en el salario de sanitarios, de los tramos impositivos, del trabajo de recaudadores de los arrendadores, de los contratantes, de la insoportable liquidación de la seguridad social mensual a autónomos que no llegan a fin de mes, de jóvenes,-nunca tan bien preparados en generaciones anteriores-, que se nos marchan del país. No merece la pena predicar en el desierto pero no por ello nos vamos a callar.

Me da que todos los populares,- es sólo una simple suspicacia-, se han leído el libro de cabecera del innombrable líder, “If”,  y este es el punto en que toma cuerpo la sinrazón: Más o menos viene a decir, “tú sigue adelante, impasible el ademán, presente nuestro afán, con la mirada al sol y la cara de hormigón, no dudes, no pienses, tú tienes toda la razón, y si todavía tienes un pueblo con izquierdas que se quedan sentadas en su casa a la hora de votar y unas derechas que van a votar si o si, obtendrás el galardón de una Justicia a tu manera, un poder sin límites para hacer lo que te venga en gana y años sin fin para seguir gobernando fustigando a los rojos, vagos y maleantes, plumíferos y anticlericales, intelectuales de izquierdas, gentes de la memoria histórica.

Generalizar no es bueno y es  por ello me dirijo a usted. Sr. Presidente. Un favor me atrevo a pedirle Sr. Rajoy, reabra los manicomios, ya sabe usted para qué,  y si no lo sabe,- porque en usted cabe la presunción de la supresión cerebral-, el inteligente lector no necesita aclaración. ¡Ah,  y no olvide un pabellón penitenciario!

La hiedra de la sumisión a Europa y sus mercaderes amenaza cualquier señal de vida pero hay que permanecer y luchar por cambiar esta manera de gobernar.

Le recuerdo que el nuestro es un pueblo soberano y que no tiene que manifestarse cada cuatro años sino cuando le venga en gana y necesidad, no somos súbditos sino ciudadanos de pleno derecho y deber.
Se me olvidaba, dígale a su Fabra diputada  que no jode quién quiere sino quién puede.





viernes, 6 de julio de 2012

ESTADO CENTRAL




                                             
¿Estado Central?
De bordones a prima
Por Carlos Juma


Parece que todo invita al desasosiego. La inquietud que se desprende desde la tarima del poder y que los mensajeros de las noticias nos hacen llegar, nos tienen en vilo. Hay una manera de estar quietos pero esa viene sola.

En los habituales corrillos de reunión se tocan los puntos de charla tal que los dedos acariciando una guitarra. Saltamos de los bordones a la prima en mágicos arpegios. Desde la discusión de monarquía vs. república, a la reconversión del Estado en uno Central. Todos somos economistas, antes seleccionadores de fútbol. ¡Cómo cambian los tiempos!

Básicamente, se está planteando la conveniencia  de  un estado menos estado,  adelgazarlo,  y que la iniciativa privada asuma un importante y preponderante papel. Voces como la de la presidenta de  la comunidad de Madrid dejan ver claramente una posición que comparten muchos españoles,  y que no conviene desdeñar, el adelgazamiento e incluso desaparición de las autonomías.

Sin entrar en detalle en este interesante debate, cabe considerar, como premisa, si realmente este estado de las autonomias lo es  a causa de la ambición política de Cataluña y País Vasco principalmente o si surgió como una manera de desdeñar todo lo anterior.
Sigo pensando en la misma tesis de que se pretendió articular un modelo de estado de arriba a abajo para satisfacción de las "nacionalidades históricas", café para dos y descafeínado para el resto. España ni es un estado federal ni es centralista. Inventamos "el modelo de las autonomías".

Evidentemente es irrazonable que, asuntos de turismo, por ejemplo, sean dirigidos en ayuntamientos,  diputaciones/cabildos, autonomías y  gobierno central. En esta época de vacas flacas no queda otra que aligerar la carga fiscal y para ello apretar dónde más se gasta.¿ Se podría calcular cuanto dinero nos ahorraríamos de desaparecer los gobiernos y parlamentos autonómicos, y ese interminable número de concejalías ? ¿Sería necesaria la práctica desaparición de la Ley de Dependencia, las conquistas sanitarias y educacionales, laborales,  etc.? Probablemente, no. Mantendríamos las conquistas sociales de estos últimos decenios.

En la era de Internet, de la inmediatez, de la gestión informatizada, ¿que razón de ser tiene tanto acercamiento de la administración al ciudadano si éste, sentado en su casa, puede gestionar cualquier asunto?  ¿No sería mejor proporcionar medios para que las relaciones mediante certificado digital o DNI electrónico asumieran el rol que corresponde en esta época?

El modelo de estado debe ser tal, que la administración no tenga que estar subiendo y bajando en faraónicos edificios, papeletas, cartas, oficios, etc. Se deja al descubierto que no le interesa a quienes son profesionales de la política. Quedarían vacíos de contenido y de continente aunque realmente  de contenido poco hay y mucho de continente de florero.

No se trataría de volver atrás, entre otras cosas porque es imposible, sino de ajustarse a los tiempos modernos. Cabría preguntarse si realmente nos daríamos una Constitución como la actual si tuviéramos que hacerla de nuevo, en la era de la inmediatez. ¿Qué o quienes nos lo impedirían?

No se trata de concesiones políticas; estamos en tiempos de pragmatismo, y se trata de evitar lesionar por encima de todo a quienes han dejado su vida en el trabajo para que ahora vengan estos mindunguis, me da exactamente igual el partido político que sea,  a imponer el repago sanitario, los gravísmos recortes en dependencia,  el aumento de tramos fisclaes, la amnistía fiscal a los chorizos, y que clames a la Justicia su exasperante lentitud. Por citar algunos ejemplos.
¿Estarían dispuestos los políticos autonómicos a prescindir de la erótica del poder e irse a sus casa con viento fresco? Dígamelo usted,  mismamente.

PALESTINA