(Hoy es 15-M)
Por Carlos Juma
El asunto Camps y Curbelo cuyas entretelas ya han sido sacadas a la luz pública, vituperadas y convertidos ambos en el paradigma de la corrupción tiene ensimismada a España, absorta en hablar de sujetos cuya desvergüenza debería tener el premio del silencio.
Es de todos conocidos que Islero mató a Manolete pero hay un empeño global en que no fue realmente Islero sino el señor Rodríguez Zapatero.
Su acción de gobierno estará con evidentes claros y oscuros, nada nuevo de lo que se pueda librar quienes tienen tan alta responsabilidad. Realmente en un país de cainitas en el que somos capaces de la mayor antropofagia política, no resulta extraña que le aticen al presidente de gobierno de la nación española,- otras hay pero son una pequeña cosa que diría el maestro de los porqueros-, de tal manera que, su capacidad de resistencia lo convierte en un bacteriostático de primera magnitud. No hay antibiótico capaz de liquidarlo, antes al contrario, parece que lo engordan.
Frente al señor presidente se encuentra no sólo un aspirante, el señor Rajoy, de natural profesión de ascensorista,-hoy tan en desuso-, sino otros, estrellas de su propia ética, trasnochados liquidadores de la derecha que en un ejercicio de transformismo, permiten, en contra de sus propias palabras, que gobierne la que desprecian. Nada de malo que gobierne quien gana pero si que es indecente decir una y hacer otra.
Los nacionalistas, en el afán de romper la hegemonía de los dos grandes partidos y convertirse en bisagra para absorber el erario cuanto más mejor, y a ser posible, que le cedan coche oficial y secretaria/o, son, y a la vista está, capaces de decirse lindezas al más puro estilo chabacano durante cuatro años, para que, motivados por el fin de una unidad de acción de totorotas, se besen en sus mentirosas bocas. No se me ocurre otro calificativo que el de repugnante.
La acción del gobierno actual de España puede que esté llegando a su fin pero el Octavio aspirante señor Rajoy me parece que no le llega ni él ni sus salmones, ni sus trajes, ni sus divorciadas besa manos papales, ni el levanta cejas, ni tanto pontífice a las vergüenzas (partes externas de los órganos humanos de la generación) del señor Rodríguez Zapatero.
Está bueno el señor Rato para ver crisis en el sistema financiero. Que lo lleven al oculista primero. Aquí premiamos a los tuertos y le ponemos un ojo de vidrio para que vean mejor.
Nada mejor que ser unos golfos para que te premien, eso sí, una vez hecha la recolecta de votos. No hay bolsas testiculares de las que pendan gónadas para darles una patada en el recto proceder y mandarlo a las islas caimanes a ver si hay suerte y queda alguno suelto.
Siendo un modus operandi, en desuso, el linchamiento público por parte de la plebe, no estaría de más que lo pusiéramos de moda y colgáramos figuradamente, a estos pendejos que hacen del noble arte de la política un abrevadero llenos de miles de mosquitos transmisores de la enfermedad del sueño.
Me niego a transmitir a mis descendientes esta sociedad cutre, despojada de valores, corporativista, amancebada permanentemente con quienes ocultan su verdadera faz en una máscara llena de teñideras, déspotas, sátrapas, políticos que vuelven después de muertos a las órdenes de quienes fueron sus mafiosos jefes, de tertulianos que faltan a la verdad con tal de decir que el otro es peor, sectarios, refractarios como los ladrillos de una chimenea a cualquier argumento. Y así, ¿Cuántas más?
A más analfabeto pueblo, más satrapía. La educación es una tarea cuyos frutos veremos a través de los ojos de nuestros hijos y nietos; todavía no sabemos que las ciruelas tienen pipas.
“A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene.
Metí la mano en el agua,
la esperanza me mantiene”
Seguiré luchando por una irredenta utopía. Cada día es un 15-M.