BLOG DE MARISOL AYALA
el independiente de canarias
TELDE ACTUALIDAD
La cantidad de majaderías y de
insultos que se lanzan en el ruedo político no parece tener límites. No
solamente es la situación crítica que vivimos sino que, por si fuera poco, pare
la abuela.
El cruce de frases emitidas con
sesgos lapidarios castiga más a la sociedad que reprueba las sentencias tales
como “los parados de Zapatero” y llevan al aplauso fácil al segmento más
pornográfico de la derecha española.
El tiempo no se puede perder
tratando de demostrar a un necio que los parados no pertenecen a nadie, ni son
del Sr. Zapatero ni del Sr. Aznar o Rajoy. Pretender atribuir paternidades a
los desempleados es una memez sin límites. Sin el menor ánimo de contestar al
estúpido que lanzó esa frase cabría preguntarse si sabe de la maternidad de los
desempleados porque, a fuer de ser sincero, hijos de Zapatero serán,- en su esperpéntica
aseveración-, pero ¿de qué madre estamos
hablando? Si es una señora desconocida, la frase ya es pura masa fecal en la
boca de quién la pronunció, intenta
machacar al “tío la herencia” y de paso insultar y una vez más, rizando el
rizo, culpabilizar a los desempleados, víctimas que son, en una estrategia
perfectamente calculada.
No se equivoque mister, está
dando una alineación errónea y si va con intencionalidad es perfectamente
maliciosa, sobrepasa el simple error. No parece suficiente con la Fabra diputada llenándose de
exabruptos contra el mundo mundial, ni con las perversas mentiras de quienes
aspiraran a gobernar y obtener el poder a base de ofrecer lo que no pueden dar.
No, resulta que, como las moscas, donde van la cagan, cada vez que abren la
boca pervierten y agravan una situación de por sí, delicada.
Tampoco es de recibo exigir al
Sr. Rajoy lo que los opositores no hacen: vaya usted a Madrid, le dicen, ¿y usted donde está?
Hay un ministro que viaja a ver
fuegos como si se tratara de una feria de pueblo; se me agolpan los recuerdos
del viejo régimen de manera contumaz. Sólo falta un nuevo “Nodo” alabando las
virtudes del “ministro las colonias”, que, por ayudar, ni mea encima de una
colilla.
Los raptos de locura están planificadas
y ahora estamos en la picota informativa ,- como no podía ser de otra manera-,
con la esperpéntica y surrealista manera de arbitrar justicia social
distributiva y colocar a la sociedad en
una anarquía gravemente peligrosa. El mensaje está dado. Así lo entiende una
izquierda incendiaria. No se me borra la cara de la empleada del supermercado
ni la angustia que emanaba. ¿Será cierto que los burros sólo saben responder
dando patadas?
Y nos siguen tomando el pelo con
los dineros, la primita de la españoles, de cuarenta millones, aquel que se
llama BCE y lo gobierna el dragón del capitalismo más feroz.
Lo mismo arruina un estado
casi-soberano que levanta las acciones de un moribundo.
Ya es parte de la familia la
señorita Riesgo y hay que ver con qué soltura manejamos el nuevo miembro de la
casa.
Lo importante, según parece, es
no callar, seguir alentando una división social entre españoles, liquidar el
estado y pasarlo a manos privadas. Qué cosas: Estados Unidos se miraba en
nuestro modelo sanitario y resulta que ahora perseguimos el suyo. ¡Cómo cambian
los tiempos!
Nada es casual. Aquí lo tienen
todo dispuesto. En unos días veremos a los chicos de las pelotas darse de
tortas, retorcerse en el césped, escupir sobre la fina hierba, y llenar los
días aciagos de esta plaga con siete días a la semana de comentarios
insaciables. Por haber hay jueces que sólo leen el Marca. ¡Gran nivel
informativo el de este señor! ¿Alguien se extraña de algo?
La borrachera de desprecios en
boca de los políticos no parece tener fin; es toda una diarrea mental
coleriforme, de esas que te vas por el palo y te vas a limpiar el recto
proceder en el cementerio.
¿Y quién mete en la cárcel a los
sujetos de conducta delictuosa si el tío de las llaves del calabozo es el mismo
al que se quiere meter en el trullo?
Sinceramente, no nos merecemos
estos políticos. ¿Tienen fecha para ir a sus casas o son empleados fijos del
sistema? Lo evidente no precisa explicación. La ira famélica no manipulada
conduce a situaciones extremas: o se inmolan o revientan la sociedad.
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